martes, 4 de octubre de 2011

Los Reyes Malditos
Por Jesús Roque Orellana
Francia en el siglo XIV era, como en las demás regiones de Europa Occidental, una suma de culturas que tenían rasgos similares, pero que carecían de un espíritu de unidad y una administración única. Ubicándonos en la parte final de la Edad Media, cuando comienza a surgir el paradigma del Estado-nación, que será el que predominará no sólo en Europa, sino en las nacientes naciones americanas, hallamos a la dinastía Capeto al frente del gobierno de Francia, compuesta en ese entonces por diversas regiones no sólo de la antigua Galia, sino de Italia y hasta de Alemania.
En 1314, el monarca absoluto de Francia era Felipe IV el Hermoso, un rey fuerte que gobernaba Francia con mano de hierro. Un monarca autoritario, un déspota feudal, que fortaleció el poder del reino tanto en el interior como en el exterior. Este rey tenía tres hijos: Luis, Felipe y Carlos, y una hija, Isabel, a quien había casado con el heredero al trono de Inglaterra. El poder de la dinastía Capeto era tal que mantenía en Avignon al Papado, cuyo Pontífice Clemente V, obedecía las órdenes del monarca francés tras haberle demostrado al cristianismo su poder al destronar a Bonifacio VIII.
Al mismo tiempo, la Orden de los Templarios se encuentra en su máximo poderío. Una vez concluidas las Cruzadas, con la anunciada derrota cristiana ante las fuerzas del Islam, la Orden se encontró con un inmenso poder tanto en Tierra Santa como en Europa, al grado de convertirse en banqueros de monarcas y haber acumulado riquezas en varias naciones europeas. Este poder representó el origen de la caída del Temple, puesto que provocó la codicia de Felipe IV, quien convenció a Clemente V de apoyarlo para proscribir a los Templarios e iniciar su persecución, llegando a incautar todas sus propiedades en Francia.
En 1314, mientras era consumido por las llamas de la hoguera, el último Gran Maestre del Temple, Jacques de Molay, maldice a los instigadores de la caída templaria: Felipe IV, Clemente V y Guillermo de Nogaret, ministro del rey. Esta maldición no sólo se limita a ellos, quienes morirán consecutivamente en 1314, sino que se extiende a la descendencia del rey francés.
Gobiernan sucesivamente Luis IX, Felipe V y Carlos IV, los hijos del monarca muerto. Estos reinados se caracterizan por la inestabilidad política, la fragilidad económica y el hecho de que cada uno de ellos murió sin dejar descendencia. Como si la maldición fuera real e implacable, pareciera que la dinastía Capeto está destinada a desaparecer con los hijos de Felipe IV.
Simultáneamente, se relatan las turbulentas relaciones de los integrantes de la Corte francesa, la disputa por el Artois, la traición de Borgoña y el inicio del conflicto que será conocido como la Guerra de los Cien Años, que implicará mantener a Francia subyugada a Inglaterra durante décadas. Del otro lado del Canal de la Mancha, Isabel trama una intriga para deponer a su marido, el homosexual Eduardo II, para conseguir el trono para su hijo Eduardo III, menor de edad, que será guiado durante sus primeros años por su madre, La Loba de Francia y de su amante, Roger Mortimer.
Esta saga, considerada referente obligado de la novela histórica, nos remite a una época de enormes convulsiones para Francia, que pasa de ser un Estado feudal a un Estado-nación de forma dramática. A lo largo de los siete volúmenes que constituyen la saga, el lector aprende de la historia de la maldición que terminará con la descendencia Capeto e iniciará la dinastía Valois, hacia el final de la Edad Media.
Se trata de una de las sagas históricas más destacadas del siglo XX, una contribución de Maurice Druon al conocimiento de la historia de la nación francesa, con una narrativa trepidante y entretenida que describe los entretelones del poder, las ambiciones y pasiones personales que surgen en la obsesiva búsqueda del poder.


Los datos de la obra son: “Los Reyes Malditos”. Maurice Druon. Ediciones b, 2005.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Recomendación literaria de la semana: El Círculo Negro


El Círculo Negro
Por Jesús Roque Orellana
Coordinador de Organización de Acción Juvenil León

México fue gobernado durante más de siete décadas por un partido político dominante, en una simulación de régimen democrático caracterizado durante un tiempo por la estabilidad y el desarrollo económico del país, aunque con una marcada represión de los sectores sociales que buscaran independencia respecto de los mecanismos de control establecidos por el Estado. Con posterioridad, esa estabilidad se terminó, dando lugar no sólo a una represión clandestina sino a una debacle económica que significó hacia el final del siglo XX la caída del sistema político mexicano emanado del movimiento revolucionario.

En ese sentido, Antonio Velasco Piña nos lleva a sospechar que, de alguna manera, existió un grupo secreto que controlaba al otrora partido oficial, un grupo sectario que buscaba mantener bajo su control los hilos del poder en México, y que lo conseguía a través del dominio de los sectores sociales que componían la estructura del Partido Revolucionario Institucional. Este grupo no intervenía de forma directa en los asuntos del gobierno, sino que se limitaba a garantizar la preservación del modelo de Estado surgido de la Revolución.

Se trata del Círculo Negro. La novela describe el testimonio de un anciano que en su lecho de muerte decide hacer la confesión de cuantos secretos posee, y para ello se vale del presbítero jesuita que le administró los últimos sacramentos, quien contacta al autor de esta obra para que pueda entrevistarse con el moribundo. Lo elige a él para hacer del conocimiento público el cúmulo de secretos que guardó durante casi medio siglo, puesto que necesita depositar toda esa información en una persona de ideología opuesta a la del priísmo.

Durante estas entrevistas, el anciano describe al autor la evolución del Estado mexicano, aduciendo las cualidades particulares de la idiosincrasia mexicana desde la época precolombina como justificación del gobierno autoritario, al afirmar que la estructura jerárquica, de una rígida verticalidad, que poseían las culturas prehispánicas, fue una herencia que hizo necesaria la aparición de caudillos y de dictaduras para enfilar al país al progreso material. Sostiene que fuera de Juárez, Díaz y Calles, no existieron estadistas en México.

El Estado presidencialista surgido del movimiento de 1910 hizo necesaria la evolución de la condición de país de hombres a nación de instituciones y leyes. El asesinato de Obregón y la creación de un partido de Estado hicieron posible confluir las diversas fuerzas sociales entorno a un orden establecido desde las más altas esferas del poder.

En ese contexto, con la llegada del civilismo en la política nacional durante el régimen de Ávila Camacho, un grupo de cinco jóvenes políticos deciden crear una Real Constitución del Estado Mexicano, que señala que la forma de gobierno en México es una monarquía absoluta sexenal, intransferible e improrrogable, cuyo jefe de Estado será el Monarca, quien coexiste en el gobierno con otras dos instituciones: El Partido y el Círculo Negro.

Las funciones del Círculo Negro serán las de fortalecer al Monarca en la toma de decisiones, así como proteger al sistema político al impedir que el Monarca decida perpetuarse en el poder por sí mismo o por interpósita persona, llegando incluso a considerar como atribución decretar su muerte en caso de pretender reelegirse, situación que estuvo a punto de actualizarse en los casos de Miguel Alemán, Luis Echeverría y Carlos Salinas de Gortari, en los cuales provocaron la sustitución del candidato previsto para suceder el Presidente en turno.

El control político del Círculo Negro se encontraba en la influencia que tenían sus integrantes en los sectores sociales del Partido, así como en la reserva y el secreto de la identidad de los integrantes, cuyo único miembro visible era Fidel Velázquez, líder vitalicio de la CTM y quien fungía como enlace entre el Círculo Negro y el Monarca. La intervención de este grupo secreto, que respaldaba las decisiones autoritarias del Presidente en turno, permitió que durante los sexenios de Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos, el país gozara de estabilidad financiera y desarrollo económico.

Pero al cometer los errores de apoyar las decisiones autoritarias de Gustavo Díaz Ordaz lo único que consiguieron fue que el sistema político que buscaban proteger comenzara a decaer. Las pésimas decisiones económicas de Luis Echeverría y José López Portillo sólo habrían de empeorar la situación.

Los regímenes neoliberales de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo implicaron no sólo el ocaso del régimen priísta, sino también del Círculo Negro. La muerte de tres de sus integrantes por su avanzada edad, hizo que Fidel Velázquez y el anciano narrador (presumiblemente Alfonso Corona del Rosal) comprendieran que su influencia había llegado a su fin y que la alternancia política estaba próxima a ocurrir.

Este libro, aun cuando la teoría conspirativa que contiene pueda resultar poco factible debido a consideraciones sociales y políticas que podrían hacerla una narración inverosímil, resulta útil como un manual de historia política nacional, puesto que refiere la evolución del Estado mexicano desde la independencia hasta el ocaso del régimen priísta.

Se trata de un texto interesante que subraya la importancia de los sectores sociales, principalmente el obrero y el campesino, para el sostenimiento de un régimen político que imperó durante siete décadas. El anciano concluye en la obra que aun cuando el Partido Revolucionario Institucional retornara al poder, el sistema político que construyó no volverá a ser el mismo.

Los datos de la obra son: "El Círculo Negro. El grupo secreto detrás del poder en México". Antonio Velasco Piña. Punto de Lectura, 2005.

Utopía

Utopía
Por Eréndira Aguado Moreno

Todos tenemos sueños y hoy les quiero compartir el mío, el cual le he atribuido el nombre de  Utopía en México, y por qué lo llamo así muchos se preguntarán, lo denomino así porque una utopía es una proyección humana de un mundo idealizado como lo planteó Tomás Moro en su obra, Utopía es el nombre dado a una comunidad ficticia cuya organización política, económica y cultural es ideal.

En mi sueño México lograba ser un país democrático no sólo como un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo, a qué me refiero con esto, a que en nuestro país toda la gente sin distinción alguna tenían las mismas oportunidades para auto realizarse, en las calles ya no se observaba ni se respiraba el temor por la inseguridad ya que por fin se había logrado consolidar el estado de derecho, aquel estado en donde tanto las autoridades como los ciudadanos actuaban conforme a las normas y leyes, por ello todos se respetaban y no vulneraban la integridad ni dignidad de los demás. Ya no se percibían mujeres con niños llorando por hambre y por los escasos recursos para obtener alimento, ya no se observaban niños en las calles trabajando, pidiendo limosna o delinquiendo porque ellos ya asistían a la escuela se preparaban y obtenían los conocimientos, herramientas y habilidades necesarias para lograr en un futuro ser profesionistas y aportar lo mejor de ellos a su sociedad.

En México por fin se había logrado un desarrollo integral en las familias, el desempleo no existía, los hombres y mujeres no veían al trabajo como una obligación para obtener recursos y satisfacer sus necesidades sino al contrario laboraban para ejercer sus habilidades y conocimientos.

La principal preocupación de los políticos y servidores públicos era generar valor público y lograr una mejor y mayor prestación de servicios públicos, de tal manera que la ciudadanía ya no exigía ni pugnaba por la escases y deficiencia de éstos; muchos luchaban por obtener el poder político no para satisfacer intereses personales sino colectivos, en nuestro país había quedado atrás el individualismo, todos se esforzaban por lograr el bien común.

La sociedad ya no sólo exigía y demandaba sino también participaba y se involucraba en los asuntos públicos con el gobierno, de tal manera que el conformismo había desaparecido.

Este fue mi sueño, tal vez una comparación de lo qué es y de lo que debería ser, del México que todos alguna vez soñamos y del México para el cual muchos estamos luchando y trabajando por lograr que se viva un pequeño parecido a esa utopía.

Mujer


Mujer

“En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.”

Gabriel García Márquez

 Por Reyna Morales Reséndez

Hace varios días desperté teniendo la corazonada de escribir algo que pudiera realmente interesarte, fue cuando por mi mente comenzaron a circular distintos temas muchos relacionados con el tema profesional, político, social, laboral etc.



Fue entonces cuando un suceso extraordinario y que jamás había tenido la posibilidad de verlo tan de cerca me dio la pauta para comenzar.



Inicio por externar mi admiración hacia todas aquellas mujeres a las que tengo cerca, a las que luchan día a día contra un mundo aun dominado por los hombres pese a los esfuerzos que realizamos, a ti que luchas  por asistir a una institución para salir adelante, a ti que trabajas una larga jornada para llevar lo necesario a casa, que caminas a diario durante un largo tiempo para llegar a una meta, a un objetivo,  a ti que pese a las criticas te esfuerzas por mantener una familia, y que aun con el miedo  acuesta te enfrentas ante el mundo para sobre llevar una responsabilidad tan grande, a ti que demuestras de lo que estas hecha, de lo que eres capaz y que aun te das el tiempo para regalar una sonrisa.



Es por esa razón que hoy solo te quiero reconocer por el hecho de ser mujer, por hacer todo lo que haces de corazón, teniendo la firme esperanza de que todo  saldrá bien, reconocer el esfuerzo que día a día efectúas para sobre llevar las pruebas que la vida te pone, es hora de creer en nosotras, saber que podemos, pero sobre todo saber que solamente nosotras mismas sabremos impulsarnos a lograr esas metas, te felicito por ser hija, por ser madre, estudiante, amiga, compañera, te felicito por ser panista y pertenecer a acción juvenil león, te felicito por el hecho de ser mujer .



Cierro  estas breves letras con la siguiente frase recordándote que es hora de comprometernos, es hora de creer en nosotras y de luchar por lo que queremos.



“Con la firme intención de comprometerme por completo Dios me fue llevando, de tal manera que un compromiso me llevo a otro sin haberlo previsto de ante mano”

San Juan Bautista

viernes, 23 de septiembre de 2011


Y ¿Qué es la felicidad?

Por Ana María Ramírez Razo

En una ciudad moderna, donde la vida transcurre aprisa, donde casi nadie mira a nadie, donde la gente se ocupa de sí misma y a menudo olvida detenerse a pensar  en cómo está o lo que necesita, es ahí donde nuestra historia comienza. Había una pequeña colonia al sur de la ciudad, en una casa pequeña y bonita, de jardines bien arreglados. Ahí vivía una estudiante de filosofía con sus padres y sus dos hermanos menores, uno de ellos estudiaba mecánica y el otro la secundaria. Sus padres gente sencilla pero muy trabajadora, sostenían su hogar con un pequeño negocio de comida; por cierto, la madre tenía un rico sazón y el padre era muy amable con los clientes, por eso regresaban casi los mismos de siempre.

Esta chica tenía 22 años, la edad de las preguntas y las respuestas, la de la energía y la vitalidad, pero también de las dudas y las ilusiones ante la vida

Era soñadora, creía en la bondad de las personas, pero se daba cuenta de que había muchas personas a su alrededor que no eran felices. Se preguntaba ¿porqué hay gente infeliz? ¿Dónde está la felicidad? Y ¿Qué es la felicidad? Esto ocupaba mucho de su tiempo y gustaba de escribir diversas respuestas a sus interrogantes, pero nunca llegaba a una que la satisficiera del todo.

Consideraba que debía de haber un secreto que ella podría descubrir para encontrar la respuesta

Un día, camino a casa, decidió desviarse y consultar a unos niños sobre la felicidad: éstos le dijeron que estaba en los dulces que comían, en las caricias de su madre, en el poder jugar y reírse con alguna criatura, ¡ah¿ y cuando iban de paseo con papá.

Aunque la respuesta le gusto bastante, decidió que no era suficiente, que tenía que haber más y busco la respuesta de los jóvenes.

Éstos, que estaban disfrutando de un paseo sonde había chicos y chicas, le dijeron que la felicidad para ellos estaba en el poder hacer lo que les gustaba, como dar un paseo juntos, jugar un partido de futbol, platicar con los amigos, compartir muchas cosas y estar bien con su familia.

A pesar de que no le desagradaron las respuestas, ella no se sentía satisfecha, creía que había algo más y siguió en su búsqueda; esta vez decidió ir con  los adultos y esto fue lo que le contestaron: la felicidad radica en la capacidad de responder, en hacer lo que debes hacer porque así lo elegiste, y hacerlo lo mejor posible, enfrentando las consecuencias de tus decisiones, estar bien contigo mismo y con los demás y proveer de lo necesario a tus hijos.

Esta vez la respuesta la inquieto, pero pensó que aún no era suficiente, que la felicidad tenía que ser algo más, aunque ni ella misma sabia describir qué.

Así que decidió hacer el último intento, esta vez buscó a los ancianos para hacerles la misma pregunta.

Ellos con voz calmada y serena, esbozando una sonrisa, le dijeron que la felicidad no está en cosas externas, sino en el interior de cada uno: ¡se trata solo de vivir! Disfrutar cada instante bueno o malo que la vida ofrece. La chica, decepcionada, insistió en la respuesta, pero ellos al ver su reacción le preguntaron: ¿Para ti que es la felicidad?

El resto de la tarde y durante varios días ella se preguntaba eso que tanto le había preguntado a los demás y llego un momento en que vino una reflexión: ¿Por qué busco la felicidad?, ¿Para qué busco en los demás lo que puedo encontrar en mí misma? Así se durmió con estos sentimientos.

A la mañana siguiente se asomo por la ventana de su cuarto, que por cierto era muy grande, y por ella entraba mucha luz, además tenía una vista hermosa y desde ahí podía contemplar varios aspectos del lugar donde vivía.

Sin darse cuenta, empezó a observar esos niños, a los jóvenes, a los adultos y a los ancianos, y en ese momento recordó su reflexión del día anterior y entonces sus ojos se abrieron más, sintió el calor y la luz del sol en su piel, la brisa pasar por sus dedos y sus cabellos, ¡ por fin sabía la respuesta! ¡Había encontrado lo que tanto buscaba! Se dio cuenta de que  esos niños eran felices de jugar, por reír; esos jóvenes eran felices por compartir y estar juntos; esos adultos, por hacer lo que eligieron hacer y por tener una familia, y esos ancianos por sus recuerdos, por su momento presente de paz, es decir, todos eran felices por hacer lo que están haciendo, por ser como eran y por estar en ese lugar en ese momento.

La felicidad entonces, murmuró para sí misma, no es  conseguir algo hacer que alguien haga lo que tú quieres o no significa que jamás llores o sufras, sino está en la capacidad de disfrutar tu momento presente en tu propia historia y con tus sueños futuros.

Se dijo también para sí misma, que su felicidad no dependería de nadie, solo de ella, de sus decisiones, de sus riesgos y de sus logros y equivocaciones.

En ese momento su madre, que cocinaba algo delicioso para la familia, la llamó para que la ayudara. Ella sonriendo al mundo se retiro de la ventana y le dijo a su madre “allá voy”

Y ¿para ti que es la felicidad?

Esta reflexión se las comparto porque es muy cierto que muchas veces no buscamos en nuestro interior la felicidad, sino que muchas veces está enfocada en cosas materiales, yo los invito a que de verdad cada día disfrutemos de las cosas que nos ofrece la vida.

Concepto de Política
Por Marco Aurelio Hernández Fonseca

Sería difícil  creer, que haya personas dentro de un Partido Político; y no conozcan el concepto o definición de la Política, también habemos personas (Estudiantes, abogados, politólogos, administradores públicos etc.) puede ser que este concepto haya sido olvidado, lo que alguna   vez se aprendió o se debatió en una casa de estudios.   


La palabra política viene de “Polis”, la ciudad-estado griega, que es una pequeña forma política de convivencia de diversas familias en la que se desenvolvía la vida de sus comunidades de la Hélade, bajo un régimen de autosuficiencia.  Por lo tanto Jorge Xifra Heras (Introducción a la política, pág. 68) nos dice: “Ya en Grecia, se destacaba en lo político una estructura sociológica (Polis) una organización jurídica (Politeia), un aspecto típicamente político (Política) y un significado técnico o artístico (Politiké).  Esta amplitud tiene su base en que ninguno de los problemas que plantea la existencia humana es ajeno a la política, pues esta es un principio activo, susceptible de abarcar todos los aspectos de la vida del hombre en sociedad. 


La actividad política se caracteriza precisamente por su universalidad y diversidad.  Toda sustancia social puede ser, en un momento determinado, sustancia política”. Por lo que acabamos de leer, la política en Atenas, es en suma lo que concierne a los ciudadanos en su conjunto.  Aplicando las definiciones anteriores, a la época actual;  podemos decir que la política es lo que concierne al conjunto de  ciudadanos Leoneses, que pueden hacer válida su decisión por medio del sufragio, de un candidato determinado, para que este a su vez,  tome decisiones sobre la problemática actual o prevenir problemas futuros sobre (Transporte Público, Seguridad Pública, Vialidad, Presupuesto o Gasto Público por mencionar algunos ejemplos). 


La política también la podemos encontrar en  La Sociedad Organizada, como ONGs, Cámaras Empresariales, Sociedad Civil, Transportistas, Sindicatos, por mencionar algunos.  Es preciso mencionar, que la anterior definición de política, es una  pequeña proporción de la basta literatura política universal. Entre Política y Ciencia Política existe una diferencia considerable, de la última mencionada hablaremos después.

Nuestros autores: Ana Cecilia Valenzuela Mejía


Ana Cecilia Valenzuela Mejía

Ceci Valenzuela (León, Guanajuato, 20 de diciembre) es licenciada en Derecho por la Universidad Iberoamericana, se ha desempeñado profesionalmente como pasante en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de León, en el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato y en la Dirección de Atención a la Infancia en el DIF estatal. Dentro del partido ha participado como apoyo jurídico y como titular de la Coordinación de Acción Electoral del Comité Directivo Estatal. En la Administración Pública ha sido asesora jurídica de la Coordinación de Investigación y Evaluación de Obra Pública y también de la Coordinación de Responsabilidades e Inconformidades, ambas en la Secretaría de la Gestión Pública del Gobierno del Estado de Guanajuato.
Miembro activo del Partido Acción Nacional, ha participado en Acción Juvenil León desde 2005, siendo parte de la Secretaría Estatal de Acción Juvenil entre 2009 y 2011 y Secretaria Municipal de Acción Juvenil León desde julio de 2011.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Perspectivas


Perspectivas


Por Ana Cecilia Valenzuela Mejía
Secretaria Municipal de Acción Juvenil León

 
“Si la Derrota nunca nos Derrotó, que el Triunfo no nos Derrote”

Don Luis H. Álvarez


“Adelantándome” a los tiempos electoreros internos, y de cara a los comicios del 2012,  me he tomado unos minutos del día para recordarme, para recordarles que como juveniles tenemos derecho… a enamorarnos del proyecto de nuestro candidato, a apasionarnos y depositar nuestra fe y confianza en ellos, aplaudir hasta que nos ardan las manos, echar porras hasta que nos falte el aire, invitar a que vote por nosotros a cuanto se deje, a desvelarnos para preparar la estrategia, a coleccionar tantas pulseritas como sea posible, a gastar el zapato y sudar la camiseta, a llorar de tristeza por que casi lo logramos o festejar de alegría por que ¡sí se pudo!.



Pero a lo que no tenemos derecho, es a olvidar es que así como yo, el otro también tiene derecho a elegir y en consecuencia apasionarse, que la “lucha” o el “apasionamiento” es por un puesto que tan solo dura 3 años, y en el mejor de los casos 6…, que la fe y la confianza que nos hacen obtener el voto se ganan… no se imponen, que ningún voto vale lo suficiente como para despojar a alguien de su trabajo, que si no vamos a utilizar las manos para echar porras y aplausos…no las utilicemos para dar cachetada con guante blanco, no debemos olvidar la importancia de saber perder pero también la de saber ganar, que el triunfo es un escalón para ayudar a la población y no uno para aplastar al que no me apoyó.



No tenemos derecho a olvidar que somos jóvenes y somos panistas, que la obligación y el compromiso es con los que van adelante y por lo tanto debemos ofrecerles calidad en el relevo, y con los de atrás… al dejarles el mejor de los ejemplos.



 No dejemos que la juventud, nuestro arrojó y la falta de experiencia nos lleven a destrozarnos unos a otros, que los únicos enemigos a vencer sean la apatía, la falta de compromiso y falta de amor al partido.



¡Vivamos los principios!, ¡Vivamos los valores!, ¡Vivamos el panismo!,  para  así y solo así, ser capaces de Dar a la Patria Esperanza Presente, y ya pasado el tiempo podamos decir con orgullo: ¡YO FUÍ HECHO EN ACCIÓN JUVENIL!




Deja huella
Por Ana Cecilia Valenzuela Mejía
Secretaria Municipal de Acción Juvenil León

Por donde pases, deja huella.

No es necesario que pises fuerte,

No es necesario que esta sea grande.

Asegúrate que esta no lleve el tinte de autoritarismo,

o que para ser vista requiera del ruido de bombos y platillos…

Deja huellas…

Huellas que hablen por si mismas,

Huellas que al ser vistas puedan ser reconocidas por quien tuvo la fortuna de encontrarte en su camino…

Huellas que al ser seguidas por desconocido,

Dejen en él, el honor de haber seguido tu camino…

Nuestros autores: Ángeles Hernández Jara


María de los Ángeles Hernández Jara

Ángeles Hernández Jara (León, Guanajuato, 9 de agosto) es estudiante de la licenciatura en Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de la Salle Bajío. Se ha desempeñado laboralmente en la Procuraduría General de la República en la Subdelegación León, pasante en despacho jurídico, en la Secretaría de Educación de León durante la Administración 2006-2009, y en el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos en 2011 como encargada del Departamento de Acreditación de la Coordinación XV en León. Coordinadora de Capacitación en la Secretaría Municipal de Acción Juvenil León 2010-2011 y Coordinadora General de Acción Juvenil León 2011-2012.

Hacia la modernización de la función pública. Prolegómenos para una propuesta integral


Hacia la modernización de la función pública.
Prolegómenos para una propuesta integral

Por María de los Ángeles Hernández Jara
Coordinadora General de Acción Juvenil León

La administración pública se sintetiza en satisfacer las necesidades del pueblo, que se generalizan en la consecución del bien común.

El Estado tiene como obligación proporcionar los medios, los servicios, los trámites y la vinculación indispensable para llegar al cumplimiento de cada uno de los derechos que tenemos como ciudadanos de este país.

La modernización es un factor muy importante en la actualidad, como parte resultante del proceso de globalización, lo cual unido a la libertad de expresión han sido los detonadores en la necesidad de perfeccionamiento del servicio público, pero todavía no se ha terminado de pulir en su totalidad.

Y es importante implementar políticas públicas que traigan consigo aparejadas la innovación y la calidad en el cumplimiento de las funciones imprescindibles, pero a la vez seguridad jurídica, para poder respetar los derechos que poseen los habitantes y también permitir la colaboración de estos para perfeccionar los servicios públicos.

Lo anterior tomando en cuenta la importante labor que tiene a su cargo la administración pública, en las modalidades en que presta sus múltiples servicios.

Como resultado de ello se busca implementar la profesionalización de los funcionarios que ejecutan por encomienda de la administración pública en todos niveles de gobierno, regular desde su inicio, el reclutamiento del personal de la administración, para este caso el de la Administración pública.

Y es por eso que el servidor público dentro de su esfera de acción involucra debe ser consciente de sus obligaciones, para llegar la mejor calidad de los servicios públicos y llegar tener un cultural de legalidad y respeto a la ley.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Nuestros autores: Jesús Roque Orellana


Jesús Roque Orellana

Jesús Roque Orellana (Ciudad de México, 3 de febrero) es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de la Salle Bajío, egresado con Magna Cum Laude. Ha sido pasante en despacho jurídico, gestor de cobranza extrajudicial y oficial judicial en juzgados civiles. Coordinador de Jóvenes Ambientados en la Secretaría Municipal de Acción Juvenil León 2010-2011 y actualmente titular de la Coordinación de Organización en Acción Juvenil León 2011-2012.

Recomendación literaria de la semana: Disparos en la oscuridad



Disparos en la oscuridad

Por Jesús Roque Orellana
Coordinador de Organización Acción Juvenil León


En meses pasados comenzó a circular la primera edición de la obra“Disparos en la oscuridad” de Fabrizio Mejía Madrid, una biografía novelada de Gustavo Díaz Ordaz, presidente de la República cuyo mandato, como señala Enrique Krauze, marca el punto de quiebre en el ascenso del sistema político mexicano. Un sexenio que pasó a la historia no por el equilibrio económico y la bonanza del milagro mexicano, ni por la XIX Olimpiada o el IX Campeonato Mundial de Futbol, sino por el sacrificio de la juventud mexicana en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

La novela contribuye sin duda al conocimiento y reflexión sobre una de las épocas más cruentas de la historia moderna de México. Se trata nada menos que del inicio de una represión inusitada en el país, que encabezaría la Dirección Federal de Seguridad a través de personajes siniestros del talante de Arturo Durazo Moreno, Fernando Gutiérrez Barrios o Miguel Nazar Haro. La época de la Brigada Blanca y de las desapariciones forzadas en la obsesión gubernamental por acallar las voces disonantes en el concierto de megalomanía y autoritarismo de un sistema caduco.

La labor hecha por el autor permite que las nuevas generaciones tomen conciencia de la historia nacional, tocando un punto álgido de la evolución del Estado posrevolucionario, una etapa dolorosa que marcó el comienzo del final de la hegemonía del partido dominante. Para la juventud mexicana, que definirá en buena medida el rumbo de México en el proceso electoral que se avecina, resulta trascendente conocer el modelo de república presidencialista que el otrora partido hegemónico propugnaba.

Gustavo Díaz Ordaz, abogado poblano cuya trayectoria abarcó tanto la esfera meramente administrativa como la carrera política, representa una figura paradigmática del pragmatismo priísta. Un gobierno sin sensibilidad social, cuya obsesión en la paranoia de la Guerra Fría era impedir que triunfara una supuesta conjura comunista internacional contra México.

En ese sentido, abordar la figura presidencial de Díaz Ordaz implica conocer a un mandatario cuyas vicisitudes definieron el rumbo de México no sólo durante seis años, sino que incluso produjeron la herida de la que el priísmo no pudo recuperarse jamás: el nacimiento de la sociedad civil. La paradoja que conlleva la asimilación de un Estado constitucional de una revolución institucionalizada permite entender las contradicciones de estadistas cuyas manías, pasiones, temores influyeron notablemente en la vida política nacional.

Mejía Madrid nos retrata a un Díaz Ordaz obsesivo, paranoico, rodeado no de colaboradores, sino de sirvientes. Un gabinete constituido por personajes serviles al presidente de la República, encabezado por un Echeverría cuya sumisión abyecta le valió nada menos que la sucesión presidencial. Un Gustavo Díaz Ordaz que ante la carencia de voluntad política genuina, recurrió a la violencia como medida extrema para mantener una relativa paz social. ¿Cómo olvidar las connotaciones pragmáticas de la frase “la ley es legal aunque seas inconstitucional”?

No se trata de un texto que analice a detalle las motivaciones y el desarrollo del movimiento estudiantil de 1968, aquella movilización de almas que sacudió al sistema político mexicano por no tratarse de obreros o maestros en búsqueda de prestaciones, aumentos salariales e independencia sindical, sino de democracia y legalidad en un Estado anquilosado, hierático, producto de la disciplina partidista sorda a las demandas sociales. No nos refiere el carácter de los liderazgos estudiantiles, sino las decisiones tomadas en Palacio Nacional, en Los Pinos, en la corte barroca de un presidente autoritario, cerrado al diálogo y la concertación con la juventud mexicana, y cuya obsesión por el orden le llevó a tomar la trágica decisión del 2 de octubre.

Este libro es ampliamente recomendable para las generaciones de jóvenes que asumen el compromiso con México y que desconocen los detalles de la nación reprimida y avasallada por el terrorismo de Estado que no pudieron conocer y que hoy amenaza con regresar en una simulación de faceta de renovación y empatía hacia los grandes problemas nacionales.

Los datos de la obra son: "Díaz Ordaz. Disparos en la oscuridad". Fabrizio Mejía Madrid. Editorial Santillana, 2011.

Nuestros autores: Libia Dennise García Muñoz Ledo


Libia Dennise García Muñoz Ledo

Libia Dennise (León, Guanajuato, 15 de junio) es licenciada en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de la Salle Bajío, master en Derecho Constitucional y Administrativo por la misma universidad, se ha desempeñado laboralmente en el Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional en Guanajuato, en Secretaría de Gobierno del Estado de Guanajuato, así como en el Instituto de Seguridad Social del Estado de Guanajuato. Fue miembro de la Secretaría Municipal de Acción Juvenil León en 2006. Actualmente, sigue laborando en el ISSEG, al tiempo que es consejera estatal del PAN para el periodo 2011-2014 y forma parte de la Delegación Municipal del Partido Acción Nacional en León como titular de la Coordinación de Fortalecimiento Interno.

El espantapájaros de soledades


Por Libia Dennise García Muñoz Ledo
Consejera estatal del Partido Acción Nacional Guanajuato

Este no era un espantapájaros común, no ahuyentaba solo a las aves, él podía con más. No lo sabía, pero él podía ser mucho más que una sombra reflejada en los campos.
Tenía los ojos tristes. Ésos sus ojos, con la mirada perdida hacia el horizonte, viendo todo y nada a la vez. Parecía como si desconociera su propia soledad y cuando la luna altiva se posaba inalcanzable sobre el lago, él esbozaba una sonrisa y miraba al cielo, como si recordara otras vidas.
Este no era un espantapájaros común. No, de ninguna manera. Este tenía un traje remendado de tristeza, una piel de paja dorada por el sol y unos brazos siempre abiertos al infinito, como si esperaran un regreso.

Yo siempre lo vi de lejos y me provocaba una tremenda melancolía; no había un solo día en el que no lo observara, me lo sabía de memoria. Tenía un pie más largo que otro y a las seis de la tarde, su sombra lo dibujaba como un eco que hacía que lo viéramos doble, a mi me gustaba imaginar que era ese momento en el que el espantapájaros se sentía menos solo. Ya para las nueve, cuando su sombra se había marchado, bajaba un poquito el brazo derecho, cansado quizá de ver que otro día se le iba muriendo.

No era un espantapájaros común, tenía la nariz respingada y a veces, mientras yo trabajaba en el cobertizo, me parecía escuchar que estornudaba.

Era un solitario con vocación de compañía, eso siempre lo supe, ahuyentaba a los pájaros y cuando salían volando los observaba con melancolía y parecía que sus ojos decían "no quiero que se vayan".

Este no era un espantapájaros común, parecía tener corazón. Sí, es cierto yo misma lo escuché latir aquel día que me acerqué de puntillas, por primera vez después de tantos años, y lo que vi se me quedó grabado en la memoria eternamente, sus ojitos cerrados, su boca sin pronunciar palabra, la paja que caía sobre sus hombros, su altura -que en ese entonces era mucho más imponente que la mía- me causó una ternura que no podría explicar. Me quedé unos minutos ahí parada, viéndolo de cerca pero intempestivamente el viento movió su manos y yo corrí asustada, casi tropiezo con las piedras pero no me detuve, voltee hacia él y me observaba con esos mismos ojos que querían gritar "no quiero que se vayan".

Esa noche lloré mucho porque a mis 10 años no entendía lo que era la soledad, no sabía como era que causaba esa adicción, me dolía ver como aquél espantapájaros ahuyentaba a las aves, a las hojas, al viento, a la luna, y a mi que tanto quería hacerle compañía, nos ahuyentaba y sin embargo mi corazón tenía la sensación de que en verdad ansiaba que nos quedáramos con él. Nunca más tuve el valor de regresar, seguí observándolo de lejos, cada día, todos los días y en mis oraciones nocturnas mi petición a Dios era la misma: "que el espantapájaros ya no espante más para que no este solo". Después entendí que Dios tiene su propia manera de hacer las cosas, por eso el espantapájaros siguió solo mucho tiempo. Pasaban las estaciones, y ahí seguía él, descolorido, apacible, resignado, empeñado en no caer, sacudiéndose el polvo de la ausencia y viendo cada noche las estrellas.

Este espantapájaros no era igual a otros que el mundo había conocido, tenía debajo de su deshilachado sombrero el sueño de querer, por eso a pesar de los años, sus brazos seguían abiertos al infinito. Pero el tiempo nos cayó encima como una potente granizada y un día de a poco, se le fueron cayendo las ilusiones como pequeños pedacitos de paja, la sonrisa se le desdibujó y sus ojitos no aguantaron más los acechantes rayos del sol y se cerraron cansados.


Yo que lo seguía a la distancia no podía permitirlo, este espantapájaros siempre había estado solo pero nunca vencido, así que corrí como aquella primera vez, pero ahora a su encuentro, lo vi de tú a tú -mi estatura ahora me lo permitía- y lo abracé, me aferré a él. Fui yo ahora la que le susurró quedito "no quiero que te vayas". Lloré abrazada al espantapájaros y después de un rato escuché algo parecido al sonido que hacen las hojas secas cuando son pisadas, abrí los ojos, limpie mis lágrimas. No eran hojas secas, eran sus brazos despegándose del madero al que estuvieron atados todos estos años, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando sentí sus brazos rodeándome completa, protegiéndome con un abrazo.


No pude contenerme y lloré como esa niña asustada que corrió a casa. Él me observó con esa mirada tierna y lo oí decirme: "Yo nunca me he marchado, aunque he podido hacerlo, mis brazos nunca estuvieron atados, pero quería tenerlos así para estar listo cuando tú estuvieras lista. No soy solo un espantapájaros, soy tu espantapájaros de soledades, porque todo este tiempo he sido el reflejo de tu propia soledad, de tus noches de vacío. No eres tú quien ha llegado a mi, soy yo quien nunca se ha ido de ti".





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